juzgando con el viento la blancura de tus ojos.
Me encuentro extraña, sin poder.
La posición de mis visagras se revierten
mientras la metamorfosis continua a Kafka orgulloso,
mientras la impotencia se impregna en mis manos.
El color de la lluvia transparente, para ti,
el sabor insípido es mio
la sonrisa feroz, de él
¿y la carencia?¿quién se llenará de ella?
Los días pasan vírgenes
y las noches lujuriosas
cuando las damas ajenas se despiden de su ropa
para que las flores, ya marchitas, reciten un poema.
- Leidy González
12/abril/09
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