domingo, 2 de diciembre de 2007

ícaro


Hizo aquel día lo que desde niño había siempre deseado hacer sin atreverse jamás a realizarlo: lanzarse al vacío desde la ventana de su apartamento de un sexto piso.
Tal como lo había anticipado, extendió los brazos y voló con gracia y sin ninguna dificultad en las inmediaciones de la ventana abierta.
Planeó con elegancia sobre la copa del almendro arrancándole al desgaire algunas hojas.
Evadió con pericia los alambres del tendido eléctrico.
Ejecutó variadas maniobras de vuelo aprovechando las corrientes de aire y luego, a los tres segundos exactos de iniciar su viaje, se estrelló violentamente sobre el pavimento de la calle como una fruta podrida.


Virgilio Díaz Grullón.

2 comentarios:

Unknown dijo...

So fucking cool

Anónimo dijo...

Si supieras que este me ha gustado muchisimo. Que se yo, me lo encuentro llano y me encanta lo morboso del asunto. :p